Somos una misma alma en diferentes cuerpos.
Yo vi con tus ojos, yo siento con tu corazón.
Tu anhelo y tu amor siguen en mi
con la voluntad de un árbol fuerte y oscuro
siempre buscando una verdad entre las tinieblas.
Sudaron porque quisieron alcanzar ese último secreto.
Y todos los dolores que probaron siguen en mi sangre
y todas las lunas que vieron siguen alumbrando mi pecho.
Y yo espero hallar el amor que nos unirá de nuevo para que al fin la raíz alcance su fruto.
Por más profundo que te escondas, no te alejas.
Cada paso que doy parte de ti.
Soy aquel grito que lanzaste al vacío.
Yo quisiera recoger sus esperanzas perdidas padres míos.
Lo que creyeron perder no está perdido, no está perdido.
Nada muere realmente, renacemos en nuestros hijos.
Aquí les guardo su más íntima fe, el más secreto y doloroso de sus deseos.
Aun no se ha ido la luz, yo también la veo.
Yo también la escucho.
Al llegar ahí nos liberaré
y nos besaremos en lo que éramos al principio.
Pues quien perdona al padre perdona al mundo.
Yo, su más lejano aliento.
No lo pierdan, aguanten.
Que a lejos veo un río
y por fin acabará la sed.
- A mi abuelo y a mi padre.