jueves, 20 de octubre de 2016

El poeta idiota




 


Por la eternidad mira la pared,
el charco y las gallinas.
Respira el amanecer.
Come plantas muertas.
En su ojo vive el universo.
No piensa, no, su cerebro es océano.
No quiere y obtiene, el viento lo agarra y se lo lleva.
Él es todo.
Aunque todos saben todo, él no sabe.
Le quieren educar su corazón pero él ama sin saber.
No mastica, traga.
Se mata diario y revive en cualquier cosa.
Camina sin un zapato, y lame las naranjas que los hombres le arrojan.
Nunca quiso el titulo de humano, ni la jaula de los libres.
Se alimenta de su saliva.
Abre los cofres que  nosotros cerramos.
Y amamanta a Dios cuando los inviernos se aproximan.



Iván Lavín





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