lunes, 27 de junio de 2016

Aislados




Increíble mal entendido, cada quien entiende lo que quiere.
Cada quien a su sombra, su esquina, su cueva de pensamientos.
Enorme callar de los diferentes, enorme deficiencia para amar.
La soledad de todos en su almohada, la lejanía de los que vivimos juntos.
El llanto de todos en la intimidad de la tarde, las palabras reprimidas.
La resignación de nuestro silencio, del voltear la cara al otro lado.
De  morir sin morirnos, sin decirlo, sin hablarlo, con la mirada de plástico.
Y despertar de nuevo, hablando sin hablarnos viendo cada quien hacia su pared.









Iván Lavín 

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