domingo, 12 de febrero de 2012

LA PAZ DE AQUEL ÁRBOL



Regresar a los simples placeres que nos regala la vida
es sabiduría de los hombres con la paz merecida.

Los perfumes de la comida
la esencia del queso
la antigüedad del ajo,
el exquisito ritual de tus alimentos
mas el temblor de tus manos.

Amigos de voz ronca
que ni el tiempo roba
demuestran que al hombre honesto
las amistades le sobran.

Comenzar en memorias de historia
y terminar en anécdotas de gloria.
.
La sabiduría del niño ya en la vejez aprendida,
la inocencia que el cuerpo escondía
sale ahora en cada sonrisa,
como idioma de Dios en tu mirada precisa.

Después de la vida el hombre le contesta a su creador con infantil carcajada
es la llave que abre las puertas para entrar a nuestra casa sagrada.

Bienaventurado el que ríe cada mañana
pues saluda al cielo con reverencia humana.
La risa. La risa es el instante santo
alma enamorada e inexplicable canto.

Es en tu gran risa es donde escucho lo que verdaderamente nos quieres decir,
el mejor consejo que puedo escuchar,
la plática más sincera que puedo entablar.


Los secretos de tu soledad
la paciencia del que nada espera
el silencio de tus recuerdos
la plática amena.
.
¿Sabes algo sobre el misterio de la vida?
¿Qué te han murmurado los años?
Esa voz que desde niño has escuchado.

¿Qué pensamientos surgen en tus amaneceres?
¿Qué esperanzas arrullas mientras duermes?
¿Escondes algo que te tranquiliza o solo dejas que la vida siga?

Ves algo en los nuevos niños de tu familia
aunque tus oídos ya no lo escuchan tus ojos lo presienten,
al ver su alegría sabes que nuestros miedos mienten.

Aquí tu plegaria es respondida,
principio y final se tocan para volverse eternidad
la vida te responde a través de los niños
muestra de amor limpio e inmortal
sin pasado, sin futuro, todo es presente, no hay oscuridad,
estas con Dios, instante puro
en el que descubres tu libertad.

Los secretos son revelados en simple y obvia armonía
cuando por fin logras ver lo que tú ya sabias.



Iván Lavín
Dedicado a mi abuelo Sergio Lavín Espinosa
11 de febrero de 2012

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