lunes, 5 de diciembre de 2011

El Dios Celoso.

                 El sacrificio de Isaac







No penséis que vine a traer paz sobre la tierra; no vine a traer paz sino espada;
- porque vine a separar al hombre contra su padre, y a la hija contra su madre, y la nuera contra su suegra.
 - Y los enemigos del hombre serán los de su casa.
(San Mateo, cap. X, v. 34, 35 y 36).

Podría pensarse que él tuvo una revelación, él mismo no supo claramente cómo llegó a este estado, lo que sí sabía es que él lo buscó, buscó algo en lo profundo de su ser y encontró esto. Fue un descubrimiento, algo que siempre estuvo ahí  pero sólo hasta ese momento se dio cuenta, meditó y reflexionó mucho, abrió los ojos y de pronto se asustó por que sintió a Dios.

Santiago es el hombre del que hablamos, acababa de cumplir 30 años en noviembre, fue también en este mes cuando aconteció su gran descubrimiento, descubrimiento muy personal  en forma de secreto. Por eso usted lector no sabrá exactamente lo que Dios le dijo a Santiago, es algo sólo entre ellos dos, nosotros sólo podremos ser testigos desde afuera imaginando las reacciones de este hombre que tal vez a nuestros ojos sean las mismas que las de un  “loco”.

Los que conocían a Santiago lo consideraban una persona confiable,  de carácter triste pero muy estable y nada impulsivo. Era pianista, los problemas que tuvo con esta profesión se acababan y empezaba a ser reconocido, por fin su sueño se estaba cumpliendo, también estaba a punto de casarse con una hermosa cantante. En estos momentos tan felices de su vida parecía innecesario buscar a Dios, pero  hay personas  como Santiago  que están tan acostumbradas a la mala suerte que cuando les empieza a ir bien se sienten algo extrañas y  a veces  pareciera que buscan un pretexto para sufrir. Fue  entonces cuando Santiago  empezó a indagar en pensamientos existenciales, cuestiones que parecían no venir al caso y  en  las cuales hace mucho no pensaba.  Agnóstico desde  temprana  juventud había olvidado por completo a Dios, pero de repente sin saber por qué extrañamente comenzaba a pensar en Él y en el sentido de la existencia.

En medio de sus pensamientos circulares, bastó un segundo para caer en un lugar profundo y desconocido, estaba solo en su habitación cuando sintió esta primera y horrible sensación, como un zumbido entró a sus oídos la fuerza de Dios, no un Dios bueno o malo sino uno sublime, tan fuerte como incomprensible. Si en esos momentos alguien  hubiera observado a Santiago seguramente no hubiera notado en lo más mínimo lo que le pasaba, pues todo fue totalmente interno. Lo más angustiante era que ya no había más dudas, tenía la seguridad irrefutable de que el  Dios verdadero  lo había tocado. Existía un diálogo  callado e íntimo, en el que  Santiago se preguntaba y él mismo se respondía, todo por medio de Dios.

¿Por qué planteamos como horrible el ver a Dios cuando debería ser todo lo contrario? Precisamente por que Santiago adquirió una responsabilidad nada fácil, algo le fue mandado a hacer, sintió que de su existencia no había hecho nada, sintió vergüenza y ahora tendría que dedicar su vida entera exclusivamente a Dios  y para lograr ésto, según él, era necesario renunciar a lo que más amaba. Sin embargo no podemos asegurar que ésto fue del todo horrible para  él.

A partir de ese hecho las personas que lo frecuentaban notaron un cambio  extraño en él, algunos aseguraban que incluso lo veian más tranquilo, con una gran paz, sus padres lo notaron más pensativo pero mucho más amable con ellos. Demasiada tolerancia con los demás y una indiferencia en actividades que para todos eran importantes.

Lo primero que hizo fue cancelar sus próximos conciertos, algo increíble que sorprendió a todos  y le trajo problemas inimaginables, eran conciertos importantísimos para su carrera, jamás volvió a tocar su piano. Cuando la gente lo cuestionaba por sus extremas decisiones él les respondía con una sonrisa y se apartaba de ellos para evitar conflicto. Era imposible creer que aquel hombre que tanto amaba su música ahora renunciaba a ella sin ninguna razón clara.

De sus seres queridos Santiago se despidió en silencio, uno por uno y sin decirles adiós, sólo compartiendo  palabras comunes, gestos, caricias. Todos sospechaban algo pero nadie se atrevía a decirlo. Este ritual de despedida lo hizo considerablemente rápido ya que tenía miedo de flaquear en su voluntad.

Despedirse de su prometida era lo que más temía, la veía con ojos de ternura y con cierta vergüenza  por que sabía lo que ella iba a sufrir, y eso era lo que más le dolía. Ella presentía algo de esto y ya sentía una tristeza. Santiago decidió  hacer el amor con ella por última vez y en esto no pensó mucho pues tenía miedo de que dentro de sus pensamientos  Dios entrara  para prohibírselo. Con dignidad humana rápidamente resolvió  despedirse de esta forma, puesto que era amor después de todo.

No es posible creer que Dios niegue al amor y Santiago al principio estaba  convencido de esto, ya que pensaba que por gracia de Dios amaba, y con tanta fuerza como él nunca hubiera imaginado lograr hacerlo, amaba todo, pero sobre todas las cosas  amaba más a Dios y con obediencia confiaba  en ÉL . Santiago dejó escrito en un papel: “amor y temor se mezclan en mi alma”.

Su prometida hablaba de los planes de boda y él con dolor la escuchaba, él  deseaba comunicarle todo acerca de la tormenta que pasaba por su alma de alguna manera buscando en ella una salvadora,  pero le fue imposible hablar, sólo la besaba y ella no entendía estas reacciones. Cuando llegó el momento de hacer el amor había mucho nervosismo  por parte de Santiago, era como si supiera que al día siguiente iba a morir y el amor carnal se resistiera a la muerte, mientras  lo hacían  lloraban juntos con  sufrimiento de  almas gemelas. Ella sintió esto en forma de  despedida. Santiago pensó  que Dios los había unido para separarlos después, no podía comprenderlo y fue en estos momentos cuando  estaba a punto de rebelarse contra Dios pero  resintió,  y con temblor en sus manos y fuerza en su corazón prefirió separarse de ella y de  todo lo que podría atarlo, le rogó que durmiera, la contempló, le pidió perdón, se vistió  rápidamente y salió de su casa.

Ya es  madrugada, Santiago camina con torpes pasos por la calle, como perturbado, fácilmente se le puede confundir con un borracho, parece que va con los ojos cerrados,  hace 3 horas que salió de su casa y el frio parece no importarle, llega hasta la carretera y camina por la orilla, algunos carros tocan el claxon, decide meterse entre los obscuros árboles y se pierde  entre ellos. Lo perdemos.

Qué podemos pensar de este hombre, tal vez sólo se trata de un simple fanático o de alguien que lleva una contradicción muy grande sobre sus hombros.  Difícil será para un hombre de esta especie vivir en nuestros tiempos, ¿Cuál será su plan y su destino? ¿Tenemos derecho a juzgarlo? ¿Cuál es el secreto que lo obliga a abandonar su vida? Es algo que no nos atreveremos a responder en este relato.

Fin

Ivan Lavin

Algunos Muertos.



Algunos muertos regresan con la  luz del amanecer,
con los ruidos de las mañanas, a esperar a que nosotros  despertemos.
Se meten en nuestra respiración y recuerdos inventados por ellos  en nuestros sueños.
Nos gritan y nos acarician, no nos dejan,  tiemblan y duermen en nuestros pies buscando calor.
Se asustan cuando despertamos, todo desaparece solo nos queda su extraño sabor.

La tristeza lejana de su partida, nuestro ánimo poseído, sus huellas en nuestro corazón.
Disfrutaban tanto nuestro silencio, ahora quedan sordos al encender la televisión.
Los olvidamos de nuevo, y nos ven sin molestarnos, confundidos vuelven a su extinción.

De verdad  quisieran irse, pero nuestras plegarias no los dejan morir,
su vuelven santos personales, esclavos de nuestros miedos,
abren los ojos cuando saben que hablamos de ellos.

Les damos la amargura de nuestra vida, y escuchan con ese rostro de vírgenes atentas
que no quieren hacer nada por nadie y solo con piadoso amor nos observan,
nos dan sus manos, llega el aroma de sus carnes a nuestras bocas, como cafés, como ropas.
¡Alabados! ¡Alabados! sean los muertos que después  de tanto viven tan fuerte en nuestras horas,
nos regalan los suspiros que a ellos les sobraron,
piden desaparecer  de una vez, ser olvidados y volver a nacer,
ruegan nuestra muerte y la muerte de nuestro hijos también.

Los que entran al olvido entran dormidos  a lo eterno.
Pero algunos se quedan dentro de tu espejo, en los aretes viejos, y muebles añejos
esperando al tiempo.
Algunos muertos, algunos muertos hablan como ecos encerrados en nuestras velas
Un lento escapar, hasta ser humo final de esta tierra.
Ivan lavin.

. Crear lo invisible sin frustrarte en el intento.




Al principio fue el silencio, luego Dios soltó un grito y nos creo, pero, ¿seremos una frustración para Dios? ¿Somos lo que Él imagino? Quizás nos olvidó como un artista olvida su obra avergonzado. Entonces nosotros tendremos que enfrentarnos a nuestra existencia, solos, abandonados, nos invade el terror del accidente, somos lo que salió y nadie esta ahí para hacerse responsable de nosotros, no lo sabemos, o tal vez nuestra ignorancia sea parte del plan perfecto del creador, no lo sabremos, así que dejemos ese tema aparte para enfocarnos en lo  que si sabemos, lo que Él nos heredó: nuestro instinto interminable para crear, el don. Somos parte de la cadena creadora y por eso creamos, la imaginación, esas imágenes sin tiempo, la imaginación, el recuerdo  de nuestra alma y el hogar de nuestros deseos, la fuente de todo. De lo imaginado a lo real no hay un sólo paso, hay todo un camino doloroso y bien el hombre puede desgarrar su cuerpo en el despiadado intento por  formar las imágenes que nacen de lo profundo de su corazón. Cuando cerramos los ojos el mundo es el de  las imágenes libres y ciertas, que caro hay que pagar el materializarlas, pero por naturaleza sabemos que imaginar sin voluntad, es decir, sin crear, es inútil, los demás no pueden ver nuestra imaginación por eso es necesario  compartirla por medio de la acción, entonces pensemos para que existimos: crear y compartir, imaginar y amar. Realizarnos.
Sin cuerpo no hay expresión, el cuerpo es la herramienta de nuestra fantasía, pero también puede ser su barrera, la imaginación  suele ser muy exigente para nuestro cuerpo  limitado, entonces  se sueltan batallas, alma y cuerpo buscan cada quien su placer  donde o vence  el agotamiento físico  o bien gana el arte y el ciclo de la creación al fin se cierra. Entre más profundo sea el artista más riesgo tiene a frustrase, por que  es más noble su intención y difícil su expresión. Bien podría ser que lo que imaginaron los grandes artistas jamás lo lograron (se dice que las mejores obras del mundo fueron creadas sólo en la mente, que las que existen son sólo la sombra de algo mas bello), pero en el intento está la esperanza, el artista no  debe rendirse  en su misión por que si no se lo lleva la nada.
Analizaremos a continuación a un artista y su proceso de creación sin ignorar el dolor del parto.
Este artista se levanta muy temprano y con mucha energía inyectada por la tormenta de imágenes de sus sueños, pareciera que acaba de nacer y tiene todo un mundo por crear, posibilidades  infinitas en el mapa, pero solo seguirá el camino  de su única voluntad espiritual.  Bueno cómo empezar, tiene el sabor en la boca, la fragancia dentro de su piel, y quiere expresarlo ¡necesita expresarlo! es optimista, piensa que saldrá todo fácil, como si sólo bastara con dejar guiar su mano por una fuerza divina, empieza con calma, varios intentos, no se desespera aun, confía en si mismo, respira, no quiere descansar, siente que  se ahoga en la vida si descansa, por eso se mete a su cuerpo para sacar algo nuevo, y trabaja, pero, lenta sorpresa, lo que vio su alma no esta frente sus ojos, simplemente no es lo que esperaba y qué torpe se siente, sus manos se mueven pero no hay ritmo , ¡¿Por qué?! Grita, pero quién lo manda a crear lo imposible, ¿Por qué será él el que tenga estas visiones que no  se pueden realizar? (este es un artista que tiene que hacer lo que quiere y no lo que le sale) entonces puede venir una crisis, el odio del creador ante su inacabada obra, el aborto, tiene el impulso de destruir su trabajo, ese instinto de amor se convierte en odio con la misma fuerza pero en dirección al caos. Qué triste es escuchar los quejidos de un artista mudo, llora sin lágrimas, ¿què hacer? Ni modo que se destruya a sí mismo,  está cansado, prefiere descansar en la nada antes de vivir en un mundo no realizado, él a veces maldice su misión, su responsabilidad  y no puede escapar de su destino, cierra los ojos y trata de relajarse  pero su corazón aún tiembla, su cuerpo es el único que se ha rendido, luego piensa en dos caminos:   el de traicionar su esencia e irse a la comodidad del olvido; disfrazar la frustración, se anestesia, o aquél en el que  engaña  a su alma, conformarse, su deseo por aceptarse lo vuelve mentiroso, entonces dice que su obra está bien, que está satisfecho con el resultado, que por fin la ha terminado, pero no estará tranquilo jamás, ni podrá verla a los ojos , por que siempre vivirá una voz en él que le diga que esto no es lo que él  deseaba.
Si el artista logra ignorar estas dos opciones (como pruebas) entonces se demuestra lo comprometido que está, no se resigna, sigue ahí, por orgullo o por capricho por lo que sea pero esta ahí, no le sale nada, pero sigue, está loco, ya no siente su cuerpo, ya está muy lejos de aquí, dar lo que él tiene o morir, perseverancia. Entonces  de repente un segundo sin saber por que todo cambia, hay una revelación en su obra, todo cuadra, encontró el color que buscaba, el sonido que deseaba, la imagen que veía sin cesar, pareciera un milagro, su obra de arte ya tiene un camino, ya lo ha encontrado, los dioses se apiadan de él, ¡por fin! ya solo hay que terminarlo, los últimos toques, ya puede descansar pero sigue observando, aún hay posibilidad de caos, el artista no es libre mientras no termine su obra , al final lo logra, y la ve con dignidad y orgullo, ya está hecho, luego dice: “esto ya no es mío, es para los demás, ¡me he expresado! ahora mi obra pude decir su primera palabra, solamente una madre al ver al hijo recién nacido podrá entender este sentimiento, cuando sabe que el dolor se fue, que ya no importa que jamás existió,  que valió la pena luchar.”

Ivan lavin

martes, 16 de agosto de 2011

El viajante del Metro.


Ya vengo de regreso o de ida no me acuerdo, pero voy,
y dos gotas de sudor resbalaban por su espalda,
ya agarre asiento y de aquí ya no me muevo
y la tierra de su pantalón salta a otros cuerpos.
busco el aire arriba de todos, allá arriba de mi cabeza,
que venga ese sonido transparente a aplacar mi mente para poder dormir,
 ando bien dormido ya lo siento.
próxima estación Pino Suarez
su instinto de viajero le abre los ojos.

Después de la horrible vida voy al viaje eterno
siempre a la misma hora, ya sin ver, sé el camino. 
o mas bien mis pies lo saben, esas maquinas que no se detienen, ni aunque yo lo quiera.
mas puestas en voluntad que yo.
dragón naranja, sacando humo de gente por la boca,
apenas puedo entro y me meto a la piel de todos, a la fuerza sin ser invitado,
telarañas de brazos, siempre un tubo en la mano
estas tan cerca de mi cara y yo ni te conozco
aquí bajaba yo... me llevo tu respiración.

Lo que sale del hígado.

Próxima estación Isabel la Católica.
vamos a hacer el amor todos y a insultarnos con los ojos.
yo no quisiera tocarte, por eso me volteo hacia mi mismo.
y eran animales que se ven sin conocerse, todos de distinta especie.
con los dientes escondidos.
graciosa la vieja esa a la defensiva, desesperada, nerviosa.
defendiéndose de señores, con sus dos huesos como armas,
!deje entrar antes de salir! se confundio mas bien es deje salir antes de entrar.

!Le venimos ofreciendo! Para refrescar alma y salvarla.

Soy mujer ¿eso basta? o ya estaré lo suficientemente acabada para que estos me den su lugar.
 me pongo enfrente rozándoles las rodillas, rogándoles con mi silencio.
pero no se levantaran, fingen no mirar,
todo lo andamos viendo aunque sea por la nuca, aunque no parezca así.

Próxima estación Salto del Agua,
el niño pegando el hosico al vidrio ya en un trance espacial.
esas luces que vienen desde allá, la oscuridad, se acercan a mi y luego se van,
¡siéntate bien! pero el niño esta en el universo profundo mas allá de su mama.
mañana veintiocho vienen los san judas.
y olvidó que allá arriba hay un mundo, que de allá venimos y allá saldremos algún día.

Veo tus ojos queriéndose meter a tu cuerpo, un aire virgen apenas toca tu cabello.
y te entiendo, somos por que aquí tenemos que estar.
no te volveré a ver, y saldré a escupir tu sabor de ayer.

Pròxima estacìon  Umbrales al Sordo Olvido.
Ningún pasajero debe permanecer a bordo.


lunes, 15 de agosto de 2011

Poema de Juan Rulfo, para el mediometraje "La Formula Secreta".

«Y alguien tiene que oírnos…»
…porque [La fórmula secreta es una serie de escenas cuyo] conjunto es
consecuencia de la enajenación producida en un enfermo al cual le es
aplicado [...] un líquido cuya FÓRMULA SECRETA [...] lo lleva por
túneles oscuros donde sólo aflora un mundo de miseria, de dolor, de
angustia y de pánico.
Sinopsis de Juan Rulfo de La fórmula secreta.

I.
Ustedes dirán que es pura necedad la mía,
que es un desatino lamentarse de la suerte,
y cuantimás de esta tierra pasmada
donde nos olvidó el destino.
La verdad es que cuesta trabajo aclimatarse al hambre.
Y aunque digan que el hambre repartida entre muchos toca a menos,
lo único cierto es que todos aquí
estamos a medio morir
y no tenemos ni siquiera dónde caernos muertos.
Según parece ya nos viene de a derecho la de malas.
Nada de que hay que echarle nudo ciego a este asunto.
Nada de eso.
Desde que el mundo es mundo
hemos echado a andar con el ombligo pegado al espinazo
y agarrándonos del viento con las uñas.
Se nos regatea hasta la sombra,
y a pesar de todo así seguimos:
medio aturdidos por el maldecido sol
que nos cunde a diario a despedazos,
siempre con la misma jeringa,
como si quisiera revivir más el rescoldo.
Aunque bien sabemos
que ni ardiendo en brasas
se nos prenderá la suerte.
Pero somos porfiados.
Tal vez esto tenga compostura.
El mundo está inundado de gente como nosotros,
de mucha gente como nosotros.
Y alguien tiene que oírnos,
alguien y algunos más,
aunque les revienten o reboten nuestros gritos
de tanto darle potreones a la vida.
Puede que se acalambren entre las hebras heladas de la noche.
O el miedo los liquide borrándoles hasta el resuello.
San Mateo amaneció desde ayer con la cara ensombrecida.
Ruega por nosotros.
Ánimas benditas del purgatorio.
Ruega por nosotros.
Tan alta que está la noche y ni con qué velarlos.
Ruega por nosotros.
Santo Dios, Santo Inmortal.
Ruega por nosotros.
No es que seamos alzados,
ni es que le estemos pidiendo limosnas a la luna.
Ni está en nuestro camino buscar de prisa la covacha,
o arrancar pa’l monte cada vez que nos cuchichean los perros.
Alguien tendrá que oírnos.
Cuando dejemos de gruñir como avispas en enjambre,
o nos volvamos cola de remolino,
o cuando terminemos por escurrirnos sobre la tierra
como un relámpago de muertos,
entonces
tal vez llegue a todos el remedio.

II.
Cola de relámpago, remolino de muertos.
Con el vuelo que llevan, poco les durará el esfuerzo.
Tal vez acaben deshechos en espuma
o se los trague este aire lleno de cenizas.
Y hasta pueden perderse yendo a tientas
entre la revuelta oscuridad.
Al fin y al cabo ya son puro escombro.
El alma se ha de haber partido
Atajo de malvados, punta de holgazanes.
Ruega por nosotros.
Sarta de bribones, retahíla de vagos.
Ruega por nosotros.
Ya están todos pachiches de tanto que el sol les ha sorbido el jugo.
Ruega por nosotros.
Santo San Antoñito.
Ruega por nosotros.
Atajo de malvados, retahíla de vagos.
Ruega por nosotros.
Cáfila de bandidos.
Ruega por nosotros.
Al menos éstos ya no vivirán calados por el hambre.

domingo, 14 de agosto de 2011

La Danza Del Arte.


Yo no lo se muy bien, pero me siento bien,
Cuando toco la ultima pared del arte,
La danza de Dios al crear, éxtasis del nacimiento de algo,
Y no puedo mas que bailar dentro de mi cuerpo,
Y mis huesos tiemblan por el agasajo de mi alma, 
 Entonces ya no oigo ni veo,
Y me quiero salir de mi para  ir a otra vida,
 Allá donde me llaman a festejar con los locos el milagro de la existencia.
Bailo por que no puedo mas, y así creo que nació este baile en el mundo,
Este impulso del alma por que le aplaudimos y no sabemos ni como bailar,
Con nuestra piel encima  la envoltura entorpecida nos ahogamos por que no aguantamos
Yentonces tenemos que salir a sufrir la vida.
Y todo para volver a crear.

Existe el amor, lo sabes.

Cuando sientas que caes en las tinieblas de la nada, agarrate del amor.
ama el árbol, ama tu mano, cualquier cosa a la vista.
¡salvate! la vida acepta todo amor por que esta hecha de amor,
en el ego olvidamos que existimos hormigas que se creen Dios.
no somos dueños de la vida solo somos partículas del amor de la creación.

El Armario. Rimbaud.

Un armario esculpido, grande; la encina obscura
Tomó, de puro antigua la traza de un buen viejo;
Y el armario derrama por su negra abertura
Perfumes incitantes, como el buen vino añejo.
Lleno está de vejeces; hay allí, contundidos.
Lienzos que amarillean olorosos, retales
De mujeres o niños, encajes deslucidos
Y, pintados de grifos, cintajos ancestrales;
Allí se encontrarían medallones, retratos.
Trenzas de pelo blancas o rubias, secas flores
Que con olor de frutas mezclan aromas gratos.
¡Oh armario de otros días, cuántas historias sabes
Que quisieras contar en tus sordos rumores
Cuando tus puertas negras se abren pausadas, graves!